La persecución reliogiosa adquirió en la ciudad de Toledo extrema virulencia. En los 72 días que siguieron al estallido de la guerra civil, el 18 de julio de 1936, se exterminaron las comunidades religiosas, asesinaron a muchos sacerdotes diocesanos y a un buen número de laicos fieles a Cristo y a su Iglesia. Unos y otros están en estas páginas, escritas con fundamento histórico, con fervor cristiano, con agilidad y elegancia por el sacerdote Jorge López Teulón.
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