Cada época tiene sus tópicos y sus prejuicios. En el siglo XX se defiende la cultura propia de cada país y no se ve con buenos ojos las antes consideradas grandes hazañas de los conquistadores. Por eso el libro Los conquistadores españoles del inglés F.A. Kirkpatrick es interesante. Primero, porque estudia en un sólo relato las gestas de Cortés, Pizarro, Núñez de Balboa y tantos otros; segundo, porque lo estudia, como debe ser, en el contexto propio, en ese mundo del Renacimiento en el que lo de moda era ampliar las fronteras conocidas, en aventuras que tenían aún mucho del mundo de la caballería, con sus valentías y con sus crueldades.
Kirkpatrick no hace en modo alguno un relato apologético, pero tampoco se suma a la hipocresía de muchos -en el siglo de Hitler, Stalin, Mao y, hasta hoy, Kosovo- de juzgar aquello con los tópicos de hoy.
El libro es, antes que nada, relato de aventuras. Y lo fueron realmente aquéllas, sobre todo en el momento inicial, antes de que entraran los burócratas. Al principio, un puñado de hombres, a veces poco más de cien, se atrevieron con paisajes desolados o de selva, con miles de enemigos, con las propias y continuas reyertas internas. El historiador inglés se apoya, cómo no, en historiadores espontáneos, pero más vivos que casi todos los demás, como Bernal Díaz del Castillo. Recuerda que las primeras y mayores críticas de los aspectos menos justos de la conquista vinieron de los mismos españoles -cómo olvidar al padre Las Casas- y si le falta algo es insistir en esa otra conquista paralela, la de la paz y el respeto, de frailes como Fray Bernardino de Sahagún o Fray Toribio Motolinía.
Las mismas limitaciones del interesante libro demuestran que la conquista fue un hecho complejo, de muchas facetas, que no se agotan en un conjunto de afirmaciones simplistas, a favor o en contra. Ni antes ni ahora los hechos de la historia han sido de un sólo color. Kirkpatrick se esfuerza en limitarse a los hechos callando sobre las motivaciones, que son siempre mucho más complejas.
En conjunto, el libro resulta un relato apasionante, más increíble a veces que las aventuras novelescas, hechos de un tipo de hombres que hace tiempo que no existen.
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