" Celebramos el Año Internacional de GaudÃ. La celebración oficial trata de resaltar la genial obra arquitéctónica del maestro GaudÃ. No existe controversia en la admiración de la Sagrada Familia o del Parque Güell. Sà existe un profundo debate -en cambio- sobre los principios que llevaron a este catalán de finales del XIX y principios del XX a hacer lo que hizo. ¿Quién fue realmente Gaudi? ¿Podemos conocer fehacientemente algo sobre su pensamiento y sus principios? ¿Era masón o mÃstico? ¿Misógeno o mujeriego? ¿Excéntrico o huraño?".
"El propósito de este libro ha sido dar a conocer el posicionamiento polÃtico y religioso de Antonio GaudÃ. Se ha escrito mucho sobre Gaudà arquitecto y poco del Gaudà hombre. Con la afirmación "Gaudà fue catalanista y católico" se ha pretendido demostrar lo que supuestamente fue, sin profundizar más en el tema. Incluso algunos yhan llegado d tildarle de integrista catalán y separatista.
Como afirma uno de los últimos biógrafos de GaudÃ, Gis van Hensberg, "podÃa inventarme a Gaudà a imagen mÃa. La suciedad y el fango son una buena base y siempre venden libros. Pero en lugar de eso, intenté acercarme a la verdad".
"Reconozco que siento especial debilidad por la figura del genial arquitecto Antonio GaudÃ. No me ha sido posible admirar la obra sin preguntarme por su creador. Algo que supongo que también le pasaba al genio al contemplar la Naturaleza... Cuando uno entra en la Sagrada Familia, le salta de forma automática la pregunta sobre el hombre que tuvo la genialidad de levantar esa espigosa figura expiatoria, todavÃa hoy incompleta.
La investigación no es sencilla porque la "intelectual" turba revolucionaria saqueó durante la guerra civil los documentos y maquetas relacionados con la Sagrada Familia. Eso obliga a los arquitectos a trabajar sobre hipótesis discutibles; y a los historiadores a navegar a oscuras en un mar repleto de chismes e intereses. La ausencia de suficiente documentación ha permitido todo tipo de especulaciones sobre el gran GaudÃ. La intención del joven historiador César Alcalá y del sociólogo Javier Barraycoa es tratar de dar luz sobre la naturaleza del personaje.
Sobre Gaudà se ha escrito que era homosexual, ya saben "la opción sexual" de moda. Sobre el particular se refiere su biógrafo Gis van Hensnergen cuando reconoce que hay quien le sugirió que se "inventase" esa particular inclinación sexual. Otro estudioso de GaudÃ, Navarro Arias, autor de "Antonio GaudÃ: El arquitecto de Dios", explica la solterÃa del genio en sus desencuentros amorosos. Unas "calabazas" que parecen provenir de su escaso tacto con las mujeres...
Tras su última decepción amorosa con una empleada de la industria textil, Gaudà decide consagrar su vida al templo de la Sagrada Familia. Deja su lujoso estudio y se instala en un humilde cuarto del mismo templo. Como los grandes héroes, Gaudà quema las naves por un gran ideal. Renuncia a una brillante carrera profesional y a la vida cómoda de la burguesÃa catalana, y se autoinmola en el templo expiatorio cuando apenas sobrepasaba la treintena... Esta decisión junto a una vida de ascesis y de piedad va transformando al "cristiano viejo" en una vida ejemplar. Si el proceso de beatificación sigue su curso, Gaudà se convertirá en el primer artista laico santo. Todo un camino para los consagrados al mundo de la cultura.
Tampoco fue socialista ni ateo, a pesar de la cercanÃa con el anarquista Salvador Pagés. Ni era un "aburrido" que sólo hablaba de temas religiosos o profesionales como sostiene Hensbergen. Alfonso TrÃas afirma que la conversación "era un monólogo de GaudÃ, a quien le encantaba comentar los sucesos polÃticos y artÃsticos del momento".
Gaudà era un profundo cristiano y un gran catalán. Cataluña y la Iglesia. Dos realidades que según su amigo, el obispo Torras i Bages "no se pueden separar". No lo hizo sin duda el canónico. Y tampoco lo hizo el arquitecto, que murió repitiendo "Jesús, Deu meu". Su espiritualidad y su genio le permitieron ironizar sobre la frágil situación financiera de las obras de la Sagrada Familia afirmando que "su Cliente no tenÃa prisa". Murió el 10 de junio de 1926 en una casa de caridad tras ser atropellado por un tranvÃa. Y murió como vivió: pobre de comodidades y reconocimientos, pero rico de afectos y Caridad. Descanse en Paz. También para los biógrafos...".
**** Luis Losada.*****archimadrid.es.
|