Este libro está dedicado exclusivamente a dichos de Jesús, la mayor parte de ellos breves. Se trata de palabras de Jesús que desde muy antiguo han creado dificultad a escrituristas y teólogos. En un caso concreto, el texto estudiado constituyó uno de los principales puntos de apoyo de los arrianos para negar la divinidad de Jesucristo. Los restantes han sido especialmente desde la segunda mitad del siglo XVIII utilizados por los estudiosos para afirmar que Jesús esperaba un fin del mundo cercano. Y como han pasado los siglos y este fin del mundo no ha tenido lugar, son muchos los que creen se impone la conclusión de que Jesús se equivocó. Y esta postura está sostenida por muchos todavía hoy. Los autores del libro establecen en cada capítulo una neta distinción entre lo que es exégesis del griego y lo que decía el original arameo que por mala traducción dio origen al extraño ese griego. Como preparación a la lectura de los seis capítulos del libro, los autores han tenido el buen acuerdo de anteponer una Introducción a la lectura y estudio de los evangelios. En ella, presentan tres casos breves de griego extraño, resistente por ejemplo a ser considerado como parte de un relato histórico, pero en los que la reconstrucción del original arameo elimina estas estridencias y saca a la luz datos que pueden muy bien considerarse como reseña de historia vivida.********
"Con éste, la colección de estudios semíticos del Nuevo Testamento (Studia Semitica Novi Testamenti), editados por la Fundación que sostiene el Instituto de Filología Clásica y Oriental San Justino, de Madrid, actualmente en unión con Ediciones Encuentro, alcanza su número XII. Es sin duda una buena noticia que se haga luz sobre una cantidad que ya va siendo importante de pasajes evangélicos con extrañezas en el texto original griego, tan evidentes que convierten en tarea prácticamente imposible una traducción inteligible y coherente del mismo. La explicación es fácil: si el griego del Nuevo Testamento, como por otra parte es lógico pensar –dado que tanto Jesús como sus apóstoles eran arameoparlantes–, es en buena medida deudor de un texto anterior semítico, hebreo o, más probablemente, arameo, nada tiene de extraño, sino todo lo contrario –bien lo saben quienes tiene el oficio de traductor–, que se hayan producido extrañezas, valga la redundancia, a la hora de traducirlo a otra lengua, y máxime cuando se trataba de una lengua tan diferente, en la estructura de la gramática como en la del pensamiento. En este volumen se estudian dichos de Jesús que, desde antiguo, han creado dificultad a escrituristas y teólogos: han sido punto de apoyo de los arrianos para negar la divinidad de Jesús, y expresiones utilizadas, desde la segunda mitad del siglo XVIII, para afirmar que Jesús esperaba un fin del mundo cercano y, como han pasado los siglos y no ha sucedido tal cosa, se equivocó, concluyendo asimismo con la negación de la divinidad de Jesucristo. Ante las extrañezas del texto griego, el original arameo reconstruido muestra sin estridencias estos dichos de Jesús, que no sólo, desde luego, ratifican su divinidad, sino que sacan a la luz datos que confirman y enriquecen la verdad de la fe enseñada por la Iglesia, y que aparecen claramente como relato de auténtica historia vivida".
Alfonso Simón. Revista Alfayomega.
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