La escena del lavatorio de los pies, narrada en Jn 13,1-20, y el pasaje de 1Cor 11,17-34, donde san Pablo hace frente a ciertos abusos de las asambleas eucarísticas, suscitan enormes controversias a causa de su difícil y oscuro griego. No es fácil, ciertamente, averiguar qué sucedía en la Iglesia de Corinto y cuál es el secreto que encierra el gesto sorprendente de Jesús al lavar los pies de los discípulos. El estudio de los problemas filológicos y literarios de ambos pasajes, objeto del presente libro, parte del presupuesto que sustenta los trabajos de esta colección: el griego que tenemos ante nuestros ojos es, en ocasiones, el resultado de una mala lectura y traducción de un original arameo que, una vez reconstruido, ilumina las dificultades lingüísticas y saca a la luz aspectos ocultos de la vida de Jesús y de la Iglesia naciente. Utilizando un símil de la arqueología, podemos decir que este libro pretende excavar, gracias a los indicios de un griego poco inteligible que aparece en la superficie, el terreno de la transmisión literaria hasta llegar a estratos más inferiores en los que la lengua aramea ha conservado, muy celosamente, el misterio que acompaña a la persona de Jesús, y al gran sacramento de su presencia viva en medio de los hombres, que es la Eucaristía. La «Cena del Señor», ciertamente, está en el centro de ambos pasajes aquí estudiados, de forma que el estudio filológico de las dificultades no sólo ayuda a comprender mejor el griego en el que nos ha llegado la revelación del Nuevo Testamento, sino que propicia una mayor inteligencia de los gestos y palabras de Cristo en la Última Cena y de las glosas de san Pablo a su querida comunidad de Corinto, que tuvo la dicha de ser la destinataria de la tradición eucarística que el Apóstol había recibido del Señor.
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