"La Ciudad Santa de Jerusalén estaba necesitada de un estudio riguroso y completo en lengua castellana. Y esto es lo que nos ofrece Joaquín González en este libro, que parte de la teología de Jerusalén, su simbolismo como ciudad Casa del Rey, morada de Dios, esposa de Yahweh…, para adentrarse enseguida en su topografía y fundamentos arqueológicos más antiguos. Jerusalén no es una ciudad cualquiera. Para judíos, cristianos y musulmanes tiene un significado especial. De ahí que la Santa Sede haya luchado siempre porque se le conceda un estatuto especial y la negativa de la ONU, cuando la constitución del moderno estado de Israel, a que la convirtieran en capital. Esa importancia, porque ahí estaba el Templo de la religión judía, es donde murió y resucitó Jesucristo y donde dicen los musulmanes que Mahoma fue elevado al cielo, hace de Jerusalén una ciudad totalmente especial. A su valor teológico se une su riqueza cultural y, también, arqueológica, porque por ella, se nos descubre en este libro, han pasado jebuseos, judíos, cristianos, griegos, romanos, árabes, bizantinos, otomanos, cruzados, ingleses… Y aún sus orígenes se remontan a mucho antes, quizás al 7.000 antes de Cristo, que es donde se datan los primeros asentamientos humanos, y hacia el 2.000 a.C. es ya una ciudad-estado fuertemente amurallada y que mantiene relaciones con el poderoso Egipto. Gonzáles Echegaray combina con precisión envidiable conocimientos teológicos, arqueológicos e históricos. Así nos lleva, de mano de las fuentes científicas y de los pasajes bíblicos por la apasionante historia de esa ciudad que cobra una importancia especial a partir del año 1.000, cuando el Rey David. El autor da cumplida información del templo de Salomón, la fortificación de la ciudad por Exequias, que así vence el sitio de los asirios y la posterior caída de la ciudad en manos de Nabucodonosor. Historia apasionante que queda también reflejada en los libros sagrados y contiene toda una teología (así lo entiende la Biblia). Al cabo de unos años los israelitas deportados a babilonia pueden retornar a casa y con Nehemías se procede a reconstruir la muralla y a edificar un nuevo templo. Este sería profanado en tiempo de Antíoco IV (cuando la revuelta de los Macabeos), quien además mandó construir una nueva fortaleza, el Acra, para controlar la ciudad. Después ya, en época romana, volvería el culto judío hasta la destrucción de Jerusalén en el año 70, cuando entraron las legiones bajo el mando de Tito. A partir del siglo II perderá su nombre secular y tomará el de Aelia Capitolina, con la curiosidad de que, además, se prohibirá entrar en la ciudad a todo judío. El libro es fascinante. Puede decirse que el autor hace hablar a las piedras y nos señala la importancia de los manantiales de agua, que alimentan la ciudad, y de cada elemento que ha ido apareciendo en el transcurso de los siglos. Con prosa precisa y nada farragosa nos conduce por la historia de una ciudad y de los personajes importantes que pasaron por ella. Especial importancia dedica a la presencia de Jesús en Jerusalén, ayudando también a entender su presencia en algunos momentos, como cuando se pierde a los doce años. Indirectamente nos aporta también informaciones sobre aspectos que aparecen en el Evangelio, como el mercado que expulsa Jesús del templo o la tumba en que fue depositado el cuerpo de Jesús después de morir en la cruz. Este libro, que contiene 42 ilustraciones, es indispensable para conocer bien la Ciudad Santa. Además el autor ha sabido equilibrar a la perfección el rigor de la información con el carácter divulgativo de la obra. Supone además una ayuda inestimable para situarse en la ciudad donde suceden tantos acontecimientos del Antiguo y Nuevo Testamento. Su carácter interdisciplinar y el empeño del autor por dar vida a la historia antigua de la ciudad hacen de su lectura una auténtica lectura. Se trata de una auténtica biografía de Jerusalén".----Artículo publicado en " Archimadrid" y escrito por D. Juan Hernández