Los sucesos que en este libro acontecen, las memorias que graba en septiembre del 1975 en magnetófono el entonces Teniente Sánchez-Gey Venegas, y que posteriormente transcribe, con profunda emoción, con gran cariño su padre, recreándo todas las peripecias vividas por el hijo y los compañeros de éste, sufriendo ante el dolor que transcribe, alegrándose con los ratos más agradables que escucha, siempre orgulloso ante la conducta digna, valiente y ejemplar de su hijo, necesitan ser enmarcados en el tiempo y en el espacio para no perdernos, para que estas memorias transcritas desde el amor y la admiración de un padre de bien, tengan sentido y sean más fácilmente comprensibles.
La antigua y querida provincia del Sáhara Español, pasaba en el 1975 por un momento delicadísimo, que a los pocos meses -Marcha Verde- adquirió caracteres dramáticos cuando por órdenes de las autoridades españolas del momento, hubo que arriar la bandera de España de aquel trozo de tierra querido por muchos españoles que dieron allí lo mejor de si mismos y por el resto de gentes de bien que vieron como de manera repentina, algo íntimamente ligado por mil vínculos a España, desaparecía tras una "simple" tormenta de arena...
En 1975 la llamada " Guerra Fría", dominaba todo el planeta, las dos grandes potencias, sentadas ante el tablero del mundo, movían sus fichas táctica y estratégicamente para hacerse con el mayor control geopolítico posible, para que su área de influencia se fuera incrementando progresiva y controladamente sin tener que hacer uso de los terribles arsenales atómicos de que disponían.
Nuestro Sáhara Español, situado en una excelente zona estratégica del Atlántico, tuvo la mala suerte de convertirse en una batalla más de las muchas que se libraban en todo el mundo a causa de esa " Guerra Fría".
Sin ella, el Sáhara Español en la actualidad, o bien seguiría formando parte de España y disfrutando de un bienestar y de una serie de ventajas, en todos los órdenes, inimaginables para los saharauis de hoy, o por el contrario, si ellos hubiesen iniciado un proceso de autodeterminación que culminase en la independencia del mismo, hubiera sido otra nación más de África, fruto del proceso de descolonización al que fue sometido ese continente, con resultados contradictorios y muy discutibles...
En cualquier caso sería un país independiente, como otros territorios que pertenecieron a España en África. El ejemplo de Guinea Ecuatorial está a la vista...
Por pura lógica, intentando ser lo más objetivo en mis pensamientos, me atrevo a opinar que sus habitantes y su territorio no dispondrían del nivel de vida que hubieran disfrutado siguiendo unidos a España, pero eso pertenece al campo de mis elucubraciones personales.
Argelia, fiel peón y cabeza de puente en aquella época de la URSS en todo el norte de África, impulsora de muchísimos "movimientos de liberación nacional", repartidos por el mundo y tras los cuales estaba Moscú, fue la encargada por los rusos para que el Sáhara Occidental cayera en su área de influencia, los USA, presionaban a través de Marruecos. Para ello en aquellos años setenta, utilizando el amplio abanico de medios y la cobertura soviética, creó a partir de un grupo de saharauis, el Polisario. Esto es algo indiscutible y la frialdad de los hechos debe dejar a un lado falsos romanticismo fruto del cariño que sentimos por esa tierra y sus gentes.
Muchos jóvenes saharianos, ahítos de propaganda... vieron en aquel nombre el paraíso en la tierra y se dispusieron a dejarlo todo, para que llegase, cuanto antes, su reino a este mundo.
Y en estas estábamos cuando J.M. Sánchez-Gey Venegas, jovencísimo teniente recién salido de la Academia Militar, solicitó, en la primavera del setenta y cinco, destino en una unidad de la legendaria, singular y romántica "Agrupación de Tropas Nómadas".
Destinado a Smara, a las pocas horas de tomar posesión, fue requerido -debido a unos incidentes ocurridos la noche anterior en Edcheriría y Amgala- a participar en la patrulla "Pedro", como adjunto del Teniente Lorenzo que la dirigía. Militar hasta los tuétanos, jovencísimo, con todas las ganas del mundo por llevar a cabo su vocación, salió, " loco de contento" con la patrulla en dirección a Amgala.
El día 10 de mayo, la tropa indígena, mayoritaria en dicha unidad, traicionó a sus superiores y compañeros europeos, (así se denominaban los no nativos), y tras golpearlos, desarmarlos y hacerlos prisioneros de muy mala manera...Se pasó con armas y bagajes al Polisario. Igual ocurrió el día 13 de Mayo, con la Patrulla "Diego", pero con formas (tremendas palizas) y resultados peores, la sedición y la traición provocó tres bajas, dos heridos de importancia y un muerto, el soldado de reemplazo Ángel Moral Moral.
Hechos prisioneros y secuestrados con fines propagandísticos para la causa polisaria, este grupo de españoles comenzará un largo cautiverio de cuatro largos, inacables e intensos meses que gracias a Dios acabaron bien.
Primero, amontonados en pozos excavados en pleno desierto, infrahumanos; viajando continuamente en infernales condiciones, siempre con los ojos tapados, destino tras destino, esperando en cualquier momento la muerte. Luego cuando el tiempo transcurrido y los cambios a mejor en su régimen carcelario mejoraron las condiciones de su encierro, - especialmente cuando los llevaron a una base militar en Argelia- ,siempre con la incertidumbre de qué pasaría con ellos, que sería de sus familias y que ocurría en el Sáhara, en España y en el resto del mundo.
Sánchez-Gey al igual que el resto de compañeros llevarán este periodo con una gran dignidad, con coraje, con valentía y con honor.
Serán fundamentales sus convicciones religiosas, las de todos, para alcanzar esa fortaleza y ese ánimo del que hicieron gala ante la adversidad. Sánchez Gey insiste en sus memorias,( cosa que le honra en esta época de tibieza acomodaticia en cuestiones religiosas), en que la fe y la oración fueron primordiales para soportar aquellos meses.
Sánchez Gey que había leído y releído en su adolescencia muchas veces el maravilloso libro " Embajador en el infierno" teniendo a los héroes protagonistas del mismo, como ejemplo, de todos los valores, incluido el patriotismo, que un hombre deber seguir en la vida ante la más grande de las adversidades, tuvo la posibilidad en este tiempo de tribulación de seguir las huellas que dejaron en los campos rusos aquellos titanes españoles. Huellas marcadas en la blanca nieve y que nuestro joven teniente continuó las ardientes arenas del desierto.
No es menos importante aunque aparezca en último lugar, a la hora de encarar tiempos difíciles, el consuelo de tener una familia de verdad, que sabes con certeza que ama con locura,una familia en la que depositas todos tus afectos, un entorno familiar en el que te sabes querido hasta el máximo...El recuerdo del hogar, de los seres queridos, la esperanza de volver a verlos fue también una fuente inagotable de fortaleza...
Unas familias, todas ellas, que sufrieron muchísimo en aquel periodo de tiempo y que merecen nuestra consideración máxima. ¡Esas madres...!. Todos lo entendemos pues todos las tenemos o las hemos tenido, sobran comentarios.
Fueron tiempos muy duros pero de camaradería y compañerismo vividos al máximo entre los cautivos.
En los momentos de dificultad es cuando se sabe lo que va a dar de sí una persona, y aquellos hombres, rubricaron la convivencia en el marco de los valores más altos y dignos de las personas de bien.
Finalizo con mi oración profunda, fijos los ojos en las estrellas, para recordar al único que no pudo regresar. Para Ángel Moral Moral, soldado de reemplazo, todos los honores y el recuerdo permanente.Dejaría de ser un hombre, me convertiría en un canalla en una bestia inmunda, si olvidase por un momento a todos los que murieron como él en defensa de nuestra nación, de nuestras gentes, ahora y siempre.
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