CANES DEBENT LATRARE
Una tarde de 1990 recibí una llamada del Obispo Monseñor Augusto Vargas Alzamora que pocas semanas después sería nombrado Arzobispo de Lima y Cardenal. Era amigo mío desde muchos años antes y había recibido un encargo en Roma. Se despedía del Papa Juan Pablo II quien le preguntó si en el viaje de vuelta pensaba detenerse en Madrid. Al saber que sí, el Papa le dijo: le ruego que lleve un mensaje al historiador Ricardo de la Cierva.
Monseñor Vargas, que era jesuita, me llamaba desde la residencia de la orden en la calle Almagro nº 6 de Madrid (que por razones íntimas yo conocía bien) y transmitió el escueto mensaje del Papa a un historiador español: CANES DEBENT LATRARE, los perros están para ladrar.
Este libro escrito y publicado a los ochenta y dos años de edad es una respuesta a ese mensaje de Juan Pablo II.
Así reza la contraportada del último libro de Ricardo de la Cierva. Un estudio que complementa otras obras ya publicadas del historiador con sustanciosas novedades. Se publican documentos de la Compañía de Jesús, inéditos y confidenciales, donde queda claro hasta qué punto el marxismo y la masonería han estado infiltradas en el seno de la iglesia católica.
|