"Apoyada en una incuestionable base histórica, la suerte de esta familia se nos presenta como el espejo del destino de un sencillo pueblo campesino levantado en armas en defensa de su estilo de vida y de sus principios más queridos: la religión católica y su rey. Y en ese preciso orden. Desde la exaltación de los primeros momentos insurrectos, hasta el exterminio de sus protagonistas y de todo ese pueblo en movimiento, asistimos en estas páginas a la destrucción de un orden social tradicional basado en el cumplimiento del deber derivado de una voluntariosa y ejemplar ascesis tejida de piedad y virtudes cristianas.
La Vandée fue el corazón del Oeste francés, una región profundamente recristianizada, entre otros, por San Luis María Grignon de Montford, y por ello muy devota del Sagrado Corazón; en consecuencia, ajena a la utopía revolucionaria. Si la ejecución de Luis XVI el 21 de enero de 1793 horrorizó al pueblo vandeano, el Decreto de levas de la Convención, emitido en el febrero siguiente, que debía movilizar a miles de jóvenes vandeanos al servicio de una revolución que no querían, fue la causa inmediata del levantamiento popular que únicamente la práctica de aquellas técnicas militares de pretensión genocida pudo frenar". Fernando José Vaquero Oroquieta. texto publicado en la revista Arbil nº 120
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